12/8/11

~ Preparando algunos Milagros ~



Canalizado por Gillian MacBeth-Louthan

Cuando dos o más se reúnen en intención y corazón, el universo los envuelve y los eleva a un lugar de milagros hechos realidad. Cuando una persona sabia se reúne en corazón puro e intención para dar a otros sus verdades y secretos, se crea una nueva rejilla de luz y entonces aumenta el cociente de luz de cada persona.

Este es un tiempo de profunda reflexión en un pozo de posibilidades. Cada situación en su vida diaria los tocará más y más profundamente. Pueden descartar verbalmente la tristeza de otro diciendo que no les va a afectar a ustedes, pero todos sabemos que la energía de ‘uno para todos y todos para uno’ no es sólo para tres mosqueteros. Nosotros, como planeta y como una unidad colectiva de luz somos energéticamente el ‘guardián de nuestro hermano’. Como especie, estamos conectados vibratoria y biológicamente, porque no puede ser de otro modo. A medida que la energía de la luz aumente sostenidamente en presión y posición, descubriremos que muchos no se pueden adaptar a este cambio que está impulsado por las necesidades y carencias humanas.

Las emociones saldrán a la superficie como residuos tóxicos que estuvieron anclados. Tomar parte en el diálogo oscuro y esquemas de otro sólo les recortará sus alas de luz. Desearle lo mejor a alguien desagradable los desconectará de su rejilla de negatividad y los llevará a una distinta ubicación energética. Lo similar se atrae, así que si están atravesando una gran pila de bosta cósmica, no culpen a la vaca sagrada ni al granjero.

Este verano es un tiempo para prepararse algunos milagros caseros, utilizando la intención horneada en casa y el amor como ingrediente principal. Una gran tanda de bizcochos cósmicos rellenos con trozos de milagros, chocolate estelar y un montón de posibilidades. Cuando vean una necesidad de otro, cólmenla energéticamente. Si ven a una persona pobre, envíenle bendiciones financieras, si ven a una persona solitaria envíenle amor y abrazos, si ven a alguien que sufre, vean que ese dolor se ha ido. Acérquense a la bandeja, agarren un puñado de milagros caseros y compartan. Cada pensamiento cuenta, cada minuto de cada día.

Entradas más vistas