23/8/10

Bitácora de viaje al espacio-tiempo



Es el momento, estoy listo para emprender el viaje.
¡Ojalá haya elegido bien el destino, me invade un gran entusiasmo a la espera de esta nueva aventura!
Luego de revisar con detenimiento las necesidades para mi crecimiento evolutivo, he decidido incursionar por primera vez en el espacio-tiempo. Será un buen lugar para aprender y compartir lo aprendido.
Escogí la experiencia de una vida en el Planeta Tierra. Durante mi estadía habitaré un cuerpo físico que es el albergue indispensable para poder existir allí ya que es un mundo material, donde el tiempo y el espacio se experimentan en los límites de la realidad tridimensional.
Para acceder a desarrollar un rol en la Tierra, hay que aceptar ciertas reglas de juego y esto implica algunas limitaciones… la densidad de ese plano hace que la libertad de conciencia sin tiempo, movimiento sin cuerpo y el conocimiento de Universos paralelos, parezcan algo totalmente irreal.
Una vez que comience a adaptarme a mi nuevo medio iré desprendiéndome de la memoria Universal, que quedará guardada en lo más profundo de mi Ser. Olvidaré que soy alma en esencia pura, concibiendo al espíritu sólo como una parte de mi nueva realidad. Reencontrarme con esos saberes haciendo a un lado el ego, será una de las lecciones básicas que deberé aprender para retornar a la fuente en una versión más luminosa y evolucionada.
En el juego de la tridimensión concebiré a la Tierra rodeada de unos pocos planetas con vida inexistente, como parte de un Universo único, y al período vital que esté atravesando dividido en pasado-presente-futuro, como el comienzo y el fin absolutos; fuera de eso… el misterio, la incertidumbre. ¡Todo un desafío!
Como preparación previa a mi partida, estuve trabajando con mucha alegría en mi “Contrato de Vida”, que es un compromiso infinito con el Universo que conformamos todos los Seres de Luz; en él figuran las elecciones que hice para mi paso por la Tierra: el país, la ciudad, la familia de la que formaré parte, el año en que naceré en la estructura del tiempo lineal de ese planeta, lo que anhelo aprender, la Misión que me propongo llevar a cabo, el Don que portaré para ese fin y el hilo conductor de la historia que protagonizaré con sus herramientas y recursos (que seguramente percibiré allí como obstáculos o graves problemas, pero en realidad no son otra cosa que factores desencadenantes para la acción que posibilitará mi aprendizaje).
He tenido noticias, a través de seres que conozco que ya han realizado esta experiencia, de que el cuerpo físico cuenta con una mente racional, que en algunos casos se impone, alejando al Ser de la sabiduría y necesidades del alma, pero muchos logran un equilibrio que los beneficia ampliamente en el proceso.
Por otra parte, también supe que dispondré de sentidos físicos y a través de ellos podré percibir lo hermoso que es vivenciar ese plano, que cuenta con sonidos, colores, gustos, aromas, texturas… no logro imaginar qué sea todo eso, pero el solo hecho de rememorarlo hace que quien lo menciona alcance vibraciones de energía altísimas, lo cual despierta mucha curiosidad en mí.
Llegó el momento, ¡qué emoción! Siento una fuerza que me atrae y me absorbe, estoy entrando a un estado que no puedo describir porque jamás sentí en mi energía algo así. ¡Espero ser bienvenido!
Creo que estoy en un lugar que me mencionaron como vientre materno, es cálido y agradable; escucho sonidos tranquilizadores y voces humanas, algunas me transmiten mucho amor ¡Me gusta la Tierra!

La vida es una aventura, un viaje que emprendemos para evolucionar como Seres infinitos de Luz que somos.
Elegimos venir a ella a aprender y a cumplir una Misión, para lograrlo contamos con dones y la libertad de escoger que haremos con ellos.

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